Normas para la primera Comunión
- Una catequesis que ayude a conocer los aspectos principales del Misterio de la Eucaristía según la capacidad de los niños.
- Una catequesis que eduque y fomente las actitudes propias para una participación activa, interna y externa, en la celebración de la Santa Misa.
Por lo tanto, es evidente, que se ha de crear en el niño un verdadero hábito de asistencia a la Misa dominical.
El tiempo de preparación con la oportuna catequesis no será inferior a dos años.
En esta preparación deberán de implicarse los padres en la medida de lo posible, pues son ellos los que en primer lugar han de procurar esta preparación. También hay que subrayar que la Primera Comunión de un hijo puede ser ocasión para que también ellos reciban una catequesis adecuada y profundicen en su fe.
El lugar propio de preparación es la Parroquia, aunque también se contempla la posibilidad de que dicha preparación se realice en la escuela católica. En el caso de que los padres deseen que su hijo participe por primera vez en la Eucaristía en un lugar distinto a donde se ha realizado la preparación, deberán contar con la correspondiente certificación donde conste que el niño está suficientemente preparado.
Edad para la Primera Comunión
La edad para la participación por primera vez en la Eucaristía está en torno a los diez años, es decir, en el cuarto curso de Primaria. En el caso de que varios hermanos quieran realizarla a la vez, el mayor deberá esperar al menor.
Lugar de la celebración
El lugar de la celebración de la Primera Comunión es el templo parroquial.
El Sacramento de la Penitencia
La preparación a la Primera Comunión va unida a la preparación y celebración de la Primera Confesión de los niños. Es conveniente que, antes de recibir la Primera Comunión, los niños hayan celebrado más de una vez el sacramento de la Penitencia.
Será muy conveniente que padres, padrinos y familiares participen también de la recepción de este sacramento.
Consejo
En ocasiones, la riqueza de la primera participación eucarística se ve ensombrecida por el peso social que rodea a esta celebración. En este sentido, es deseable que se eviten los gastos inmoderados en el vestido de los niños, en la celebración posterior y en la desmesura de tantos elementos innecesarios que en algunas circunstancias rodean el acto y terminan por velar el significado profundo de la Primera Comunión.